Oaxaca.-La artista danesa Sarah Becker se muestra a través del bordado con una profunda fascinación por los textiles - las estructuras, los colores, la sensibilidad. Pero sus bordados no son tradicionales. Pinta con aguja e hilo, y desafía los límites con técnicas hechas por uno mismo para lograr la expresión por la que se esfuerza. Trabaja en hilos ásperos, lana gruesa y todo tipo de materiales reciclados, que ya se ha utilizado y tiene una nueva vida en las obras de Becker.

Como una pintora, Sarah Becker trabaja de pie, e insiste en que las obras bordadas se rompen de la pequeña escala tradicional. Ella trabaja a gran escala, que muestra la verdadera artista que es.

Becker está preocupada con las luces y sombras, las capas y los colores. Con sacar la madurez, la disolución, la decadencia, a menudo a través de objetos agrandados y proporciones distorsionadas.

Ella nunca se pavonea, pero borda en la parte superior cuando no está satisfecha con la expresión. Ella alternativamente satura las superficies para que obtengan una textura gruesa y sensual, y permite que las superficies sin decorar tengan el espacio que requieren. Trabaja cada vez más con obras en capas, lo que le da una dimensión extra

y una expresión aún más fuerte. Como artista, la marca de Becker es su firma única,

bordados; pintura con aguja e hilo, Becker siempre está evolucionando, pero siempre reconocible Becker.

Para esta exposición, Sarah Becker ha creado una serie de obras que trabajan con tejido sobrante y viejos textiles para el hogar, como toallas, mosquiteros y manteles, que han sido cortados y triturados, teñidos con las sobras diarias, como café, té y vino. Sarah Becker ha combinado su larga fascinación e investigación de las flores en todas sus etapas -del campo a la decadencia- con inspiración de las aguas saladas del agitado Mar del Norte, así como de la vida cotidiana siempre cambiante.

Su enfoque está en la mesa de comedor con su cambiante círculo de motivos de ramos de flores (frescas, descoloridas), jarrones, cubiertos (limpio, sucio), platos (vacíos, llenos, con sobras), vasos (llenos, volcados), velas (encendidas, quemadas hacia fuera), candelabros, jarras, frutas (maduras, podridas), colillas de cigarrillos, etc.

Ella está preocupada con el hogar como un fenómeno, incluso cuando refleja decaimiento, disolución y fugacidad. Como cuando las flores se marchitan y la comida se pudre. Como un reflejo de las tareas cotidianas y repeticiones, Becker quería bordar con puntadas torcidas y ásperas en muchas capas, en lugar de recoger y perfeccionar. El bordado se ha estirado hasta el extremo. Los materiales están chocando.

Conceptos como el cuidado, el tiempo y la belleza son parte de nuestras nociones de hogar. Pero, ¿qué sucede cuando las nociones de la casa se contrapesan?, ¿cuándo la mesa de comedor y sus objetos indican ausencia o decadencia?

En la exposición, uno puede descubrir que el bordado tiene muchas expresiones, al igual que el significado de hogar se puede percibir de manera diferente de una cultura a otra.