Anayeli Garcia Matinez/Cimacnoticias.com.mx
Oaxaca- En medio del debate de legisladores locales para expedir una Ley de Gestación Subrogada para la Ciudad de México y de la propuesta de diputadas federales de sancionar los “vientres de alquiler” en la Ley General de Trata, académicas y feministas llamaron a la Cámara de Diputados a no aprobar una legislación que cosifique el cuerpo de las mujeres.
Esa fue la conclusión de un foro que organizó la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados este 25 de febrero, como parte del análisis de una reforma propuesta por la diputada morenista Beatriz Rojas Martínez para reconocer esta práctica como una forma de trata y explotación.
Legisladoras como Nelly Minerva Carrasco Godínez explicaron que para algunas personas la maternidad subrogada debería estar prohibida porque se trata de explotación del cuerpo de las mujeres y la comercialización de bebés, pero otras consideran que debe ser regulada y permitir condiciones para su práctica.
En México, a la fecha sólo Tabasco y Sinaloa han regulado la llamada “gestación subrogada”.
En este foro feministas como la copresidenta de la Coalición Internacional para la Abolición de la Explotación Reproductiva (CIAMS), Berta O. García; las investigadoras del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, Olivia Tena y Aimée Vega Montiel; la directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, Teresa Ulloa Ziáurriz, explicaron sus argumentos en contra.
También participaron el coordinador de Tejiendo Redes Infancia de América Latina y el Caribe, Juan Martín Pérez; la abogada, integrante de L’ESCOLA y autora del libro “Vientres de Alquiler”, Núria González; y la académica e integrante del Laboratorio Feminista de Derechos Digitales, Eleane Proo.
Las participantes refutaron los argumentos que usaron la diputada local por Morena, Esperanza Villalobos Pérez, y el legislador del PRD, Jorge Gaviño Ambriz, quienes en sus propuestas para legalizar los “vientres de alquiler” en la capital del país afirman que la reproducción es un derecho y que en general las mujeres realizan este procedimiento de forma altruista y por libre elección.
Aquí presentamos cinco de estos razonamientos refutados por feministas:
Berta O. García expuso que si bien existen los derechos reproductivos, las mujeres nunca han reivindicado el “derecho” de gestar, parir, vender o regalar a sus hijas e hijos”; ni tampoco han luchado para fijar la producción, distribución y precio de las niñas y niños.
Quienes defienden la gestación subrogada afirman que se trata de una práctica médica auxiliar para la procreación, pero Berta O. García explicó que nadie tiene derecho a “servirse” de una mujer fértil para resolver sus problemas de infertilidad. Además, dijo, nuestra capacidad reproductiva y nuestros embarazos no curan ni revierten la infertilidad de nadie.
Para Olivia Tena, en esta práctica lo que menos importa es el cuerpo y la salud de las mujeres, por eso se les dan hormonas, se les somete a cesáreas que no se requieren y se descuida su salud posparto; o bien, si el producto no es “del gusto” del contratante puede rechazarlo.
Para las expertas, la “gestación subrogada” se trata de una práctica social que afecta a las mujeres en términos de salud y emocionales, incluso los contratantes tienen derecho de supervisar el proceso, el embarazo, y controlar los movimientos y la libertad de las mujeres gestantes.
Las expertas señalaron que aunque se diga que las mujeres prestan su vientre “de forma altruista”, la evidencia indica que hay empresas, médicos, psicólogos, clínicas, notarios y abogados que se benefician de la “transacción” entre las mujeres gestantes y quien contrata el servicio. “La dignidad de las personas no reside en el hecho de recibir o no un beneficio económico, la dignidad de la persona reside en no ser instrumentalizada y no ser objeto de comercio”.
Olivia Tena destacó que los testimonios muestran que las gestantes son mujeres pobres, quienes reciben un pago por “prestar un servicio”, pero también hay indicios de que se trata de contratos que no son entre iguales y que tampoco sacan de la pobreza a las mujeres.
Las propuestas legislativa para reconocer los “vientres de alquiler” en la Ciudad de México, dijo Berta O. García, priva a las mujeres de su dignidad para que terceras personas cumplan con un deseo, el deseo de ser madres o padres. La académica Olivia Tena agregó que a las feministas les han expropiado el discurso de la autonomía, la libertad y el derecho a decidir, por eso se nos hace creer que “decidimos” alquilar nuestro vientre, lo que beneficia al mercado liberal.
La defensora Teresa Ulloa Ziáurriz detalló que los “vientres de alquiler” es trata de personas porque hay tráfico de niñas y niños, se cobra por entregar a un niño recién nacido; se usan los cuerpos de las mujeres como incubadoras para gestar bebés; y porque no hay registros que indiquen si fueron entregados a hogares donde los reciben con amor o si los utilizan para otros fines.
Juan Martín Pérez y Núria González destacaron que la adopción debería ser una respuesta para las personas que no pueden tener hijas o hijos. Sin embargo, quienes buscan “alquilar un vientre” ponen por encima de los derechos de la infancia sus deseos (como tener hijas o hijos con ciertas características física o genéticas).
Las expositoras coincidieron en que desde hace años en México existe una mafia de trata de mujeres con fines reproductivos, de venta de personas no nacidas y es una mafia en constante expansión. Es por eso que señalaron que regular los “vientres de alquiler” sólo fomentará y consolidará esta práctica.