Sin embargo, este número es reducido si se considera el tamaño del territorio nacional, las riquezas que contiene y que esta profesión es considerada capital estratégico para el desarrollo del país, afirma la experta del Instituto de Geología (IGI) de la UNAM, Lucero Morelos Ramírez.

Los primeros expertos en la materia eran en realidad naturalistas e ingenieros de minas interesados en el estudio de la Tierra y, desde entonces, su labor es considerada fundamental, expuso la también historiadora.

En ocasión del Día del Geólogo en México señala que en la actualidad hay profesiones que llaman más la atención de los jóvenes, por lo que uno de los principales retos que enfrenta esta ciencia es elevar la matrícula en el territorio nacional.

Morelos Ramírez destaca: “Estamos hablando que más o menos egresan 700 ingenieros geólogos al año, en conjunto. Para las dimensiones de nuestro país son insuficientes dado que falta mucho por explorar, no solo en superficie, sino en el subsuelo. Por las implicaciones que tiene el suelo, tan contaminado como está ahora, se han formado grupos de trabajo importantes de geología ambiental y planetaria que arrojan grandes hallazgos, pero hace falta fomentar más la vocación por esta ciencia en nuestro país, dada la riqueza natural, mineral y geológica que tenemos”.

Añade que el IGI trabaja en la divulgación y difusión del conocimiento que se genera en las diferentes áreas que abarcan sus expertos, mediante conferencias, charlas, visitas a museos o proyectos como TerraMóvil, que consiste en visitas a escuelas para fomentar en niños y jóvenes la vocación por el estudio del planeta.

La investigadora considera como aliciente que cada vez hay mayor equilibrio en la participación de las mujeres en esta área, pues abarcan 50 por ciento de la población estudiantil y, recientemente, su presencia quedó patente cuando la Sociedad Geológica Mexicana, la más antigua en su tipo, tuvo como presidenta a Elena Centeno García.

La celebración del Día del Geólogo, rememora Morelos Ramírez, es una de las más añejas del país pues inició en los albores del siglo XX, específicamente en 1904, con el objetivo de celebrar a los ingenieros de minas y naturalistas que hacían trabajos de petrología, paleontología, sismología, vulcanología, cristalografía, espeleología, y todas aquellas labores relacionadas con el estudio de la Tierra en el siglo XIX.

La investigadora destaca: “Lo que se hacía era el estudio del suelo, las rocas, las montañas, los terremotos y lo que buscan con la instauración de la efeméride es, precisamente, dotar de identidad y memoria la larga tradición científica de la que ellos ya eran herederos”.

Los promotores de esta conmemoración fueron José Guadalupe Aguilera, Ezequiel Ordóñez, Rafael Aguilar y Santillán, Teodoro Flores y Ramiro Robles, entre otros, quienes eligieron el 6 de enero para evocar la fundación del Instituto Geológico Nacional, creado en 1888, explica Morelos Ramírez.

Al mismo tiempo, estos pioneros fundaron la Sociedad Geológica Mexicana para compartir con la sociedad sus trabajos científicos, recuerda la doctora en Historia por la UNAM.

En México, esta profesión inició en el siglo XX con la creación de la Ingeniería Geológica en 1932, en la Escuela Nacional de Ingenieros de la Universidad Nacional, antes se trataba de naturalistas e ingenieros de minas quienes hicieron de la Geología su quehacer, indica la investigadora.

“La Geología, desde que nace en el siglo XIX, es considerada parte de la agenda del Estado como un saber estratégico, porque era necesario conocer, evaluar y explotar las riquezas contenidas en la Tierra y el subsuelo. Desde sus orígenes ha sido una profesión altamente importante para la economía de los países y en particular México, que tiene un linaje minero de larga data”, añade Morelos Ramírez.

La experta asevera que la celebración está también relacionada con el Instituto de Geología de la UNAM, pues su actual logo o escudo es una versión moderna del propuesto en 1904 por los creadores de la efeméride, y a esto se suma que el Museo de Geología -en Santa María la Ribera- fue la primera sede de la Sociedad Geológica Mexicana.