La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Compañía Nacional de Teatro, felicitan al actor mexicano egresado de la carrera de Arte Dramático de la Escuela de Arte Teatral de este Instituto.
Ignacio López Tarso inició su carrera de actor en la Compañía de Teatro Estudiantil Autónomo. Posteriormente pasaría a formar parte de la compañía de Teatro Clásico de México, con la que interpretó un repertorio de obras del teatro clásico español, como La Celestina (1953), de Fernando de Rojas, y Las mocedades del Cid (1953), de Guillén de Castro.
Alcanzó el pleno reconocimiento profesional encarnando al soberano azteca Moctezuma Xocoyotzin en Moctezuma II (1954), de Sergio Magaña. A partir de ese momento se convirtió en un actor imprescindible en las obras de los dramaturgos Emilio Carballido, Luisa Josefina Hernández y Sergio Magaña, y en los montajes del director teatral de origen japonés Seki Sano.
El actor del elenco estable de la CNT, Arturo Beristain, ha trabajado en múltiples ocasiones con el primer actor. “Yo hice dos obras con él. Tanto en El juego de niños, en el año 1972, y El desperfecto de Dürrenmatt, en 1990, también hice la novela histórica Senda de gloria, en la cual yo era el presidente Cárdenas y él era el general.
Al compartir algunos recuerdos del reconocido histrión mexicano, señaló que también hizo radio al lado de López Tarso, en La verdadera historia de la conquista de la Nueva España en Radio Educación. “Eso te habla del tipo de actor que es, hace radio, televisión, teatro y muchas veces todo al mismo tiempo. Mientras estaba en la mañana grabando, en la noche se iba al teatro.
“Así era antes, era otra carrera; creo que él es la transición del teatro español tradicional a la antigua, rebuscado, redicho, exagerado, a un tipo de actuación verdaderamente moderno. Él es de la primera generación de la escuela de teatro, antes no se estudiaba la carrera, se aprendía en las tablas. Él lo aprendió en la escuela y en las tablas, sus maestros fueron Xavier Villaurrutia, Salvador Novo y Seki Sano, entre otros”.
Un orgullo de nuestro teatro mexicano
Para Óscar Narváez, el maestro López Tarso es, en el momento presente, la figura más importante de las artes escénicas de nuestro país. Pocos actores en el mundo poseen una trayectoria y un currículum como el que tiene él.
“Alumno preferido de Novo y Villaurrutia. Sin duda, un orgullo de nuestro teatro mexicano”, agregó el actor integrante del elenco estable de la agrupación artística del INBAL.
Otra de las actividades en las cuales ha participado durante varios años ha sido la promoción y fomento de la lectura, al asistir al ciclo Leo… luego existo, programa de Extensión Cultural del INBAL, el cual consiste en leer en voz alta fragmentos de diferentes obras en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Cabe señalar que en su trayectoria cinematográfica, López Tarso ha desempeñado una labor importante en el desarrollo del cine, participando en títulos memorables como Nazarín (1958), de Luis Buñuel; Juana Gallo (1960), de Miguel Zacarías, o Tarahumara (1964), de Luis Alcoriza. Con el director Roberto Gavaldón rodó destacados filmes, como Macario (1960), El gallo de oro (1964) y La vida inútil de Pito Pérez (1970).
A lo largo de su carrera ha recibido numerosas nominaciones y premios, entre ellos: el Golden Gate al mejor actor, por su trabajo en El hombre de papel (1963), de Ismael Rodríguez, y por Macario (1960), de Roberto Gavaldón. También están los Premios Ariel por su trayectoria fílmica (2007) y por mejor actuación en Rosa Blanca (1973), así como nominaciones a mejor actuación por Rapiña (1975), El profeta Mimí (1974).
El derecho de nacer (1981) o Senda de Gloria (1987) son parte de las varias series históricas de televisión en las que participó en las décadas de los setenta y ochenta.