Oaxaca.-Como reconocimiento a su amplia trayectoria, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) rindieron un homenaje a la fotógrafa Lourdes Grobet y entregaron la Medalla Bellas Artes por su trayectoria y legado al arte fotográfico de México, en el marco del homenaje que se realizó a la artista en el Complejo Cultural Los Pinos.
Con la representación de la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, la subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina Núñez Bespalova, comentó que el homenaje a la fotógrafa fue posible gracias al cariño y compromiso de todo el equipo que se convocó para hacer realidad el tener el libro y la exposición que llevan por nombre Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena. Medio siglo de historia y donde se da muestra del trabajo fotográfico de la creadora con este grupo comunitario de teatro.
“Nosotros, como ella, intentamos entender la mirada que ella empezó a trabajar hace muchas décadas justo con los más marginados. El centro del proyecto cultural de esta administración camina por medio del programa Cultura Comunitaria. El Laboratorio de Teatro Campesino es un mito y un gran modelo para otras comunidades y así lo reconocemos; desde el 2019 hemos apoyado estos espacios”.
Dijo que el teatro es una parte de nosotros mismos, del ser humano y lo vamos a seguir trabajando. Yo quiero hacer un agradecimiento profundo a Lourdes, por su importante trabajo, su gran fuerza y su energía que hace que nos movilicemos, que estemos aquí, que estemos presentes con el teatro, que estemos presentes con un libro fantástico que, en efecto, da testimonio de todo el trabajo que ha hecho alrededor de este gran proyecto”.
Al anunciar la entrega de la Medalla Bellas Artes a Lourdes Grobet, la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, entregó la presea a Ximena, hija de la artista galardonada.
Asimismo, agradeció a Lourdes Grobet su capacidad de diálogo, de construcción colectiva que “siempre arropaste y también por esa entereza y por esa energía crítica con la cual haces y has hecho la conducción de todo tu trabajo artístico”.
Recordó que cuando llamó a la artista para decirle que había ganado la Medalla Bellas Artes por su trayectoria y todo tu trabajo comprometido con las diversas culturas, con México diverso. “Me dijiste que esa medalla en realidad la merecían los pueblos. Y que tú pensabas que la mejor manera de reconocer tu trabajo era justamente haciendo la edición de un libro que había tardado tantos años. Entonces la conversación cambió”.
En la Casa Miguel Alemán del Complejo Cultural Los Pinos donde se llevó a cabo el homenaje, la titular del Inbal expresó que Lourdes Grobet “no solo nos regaló estas metáforas de los luchadores de las arenas. Nos regaló también muchas imágenes que cuestionan nuestra relación entre los seres humanos en muchas partes del planeta, pero también con la naturaleza”.
Asimismo, reconoció el trabajo de Delia Rendón, de Víctor Muñoz y de Luz Emilia Aguilar, quien colocó su complicidad, su inteligencia y su capacidad de análisis de la historia teatral de México para dar lugar al libro que se presentó este medio día, “un sueño al que Lourdes le dedicó décadas”.
Queremos decirte que estamos aquí todas y todos convocados por ti, por esa capacidad de diálogo, de construcción colectiva que siempre arrojaste; también por esa entereza y por esa energía crítica con la cual haces -y has hecho- la conducción de todo tu trabajo artístico. Agradezco que te hayas sumergido en esas arenas de donde emergieron siempre estas posibilidades de entender las metáforas de la vida y las metáforas de un país que se debate justamente entre esos dilemas humanísticos de los cuales tú siempre recogiste ese espíritu ético y esa posibilidad de construir un mejor México.
En tanto, Ximena Pérez Grobet compartió que su mamá estaba presente en forma virtual, viendo la ceremonia, y agradeció a la Secretaría de Cultura federal, al Inbal y a las y los asistentes, y enumeró las cualidades por las cuales se le reconoce; sabemos la calidad de mujer que es, la entereza, la firmeza, la determinación, el amor, la entrega, el compromiso, todo lo que ya sabemos. Pero, sin embargo, el homenaje que nosotros aquí le hacemos es el que ella le hace al teatro campesino con este libro. Es un libro que empezamos hace ocho o nueve años.
Como parte del homenaje y presentación del libro, la directora teatral Delia Rendón rememoró las circunstancias y coincidencias de la trayectoria del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena como en la de su creadora y fundadora María Alicia Martínez Medrano, las cuales consideró afortunadas, unas, y desafortunadas, otras; pero inéditas todas.
Mencionó que “cuando Lourdes habla de más de 25 mil negativos, 25 mil disparos de su cámara hechos en lugares de lo más diversos: en la selva y ríos, en el mar y el desierto de Sinaloa, en la planicie, planicie calcárea y pedregosa de la península de Yucatán, en el asfalto de la Ciudad de México, en el mar de tinta negro, en el césped mullido y casi artificial de un campo de golf Monticello con las escalinatas de entrada de la alcaldía de Nueva York en Estados Unidos”.
En ese sentido, Delia Rendón comentó que en el plan y la trayectoria de estos laboratorios, esa historia que solo fue posible recuperar con un serio y arduo trabajo de investigación en los lugares y con las decenas de personas que fueron testigos, entre quienes mencionó a Luz Emilia Aguilar Zinser, así como Ximena Pérez Grobet. Definitorias para la creación de este libro. Un poema de imágenes y texto como es el teatro mismo. La apuesta de Lourdes.
Al participar, el fotógrafo Víctor Muñoz resaltó que la obra de Lourdes es arte y vivencia. Cuatro décadas de estar atento a su quehacer que comprende instalaciones, acciones, fotografía, objetos, objetos, cine y video. Entre las transformaciones esenciales de lo visual que dieron cuerpo al arte contemporáneo, entendido y puesto en práctica muy temprano por Lourdes Grobet, se encuentra el concepto de proyectos, así como su síntesis de sus obras de los años setenta.
Cuando Lourdes inicia un proyecto deja correr el objeto fotográfico y su acción procura no imponer una visión. Las fotografías son encuentros antes que búsquedas. Es parte de las ideas y objetivos iniciales de un proyecto y en el camino los va encontrando.
Para Luz Emilia Aguilar Zinser falta mucho por hacer en este camino de construir nuestra memoria. Las distintas actividades humanas, al tener un registro, cuentan con una base de reflexión, crecimiento y enmienda sobre el saber conquistado y la ética implícita.
Precisó que la historia del laboratorio está atravesada por la discriminación, el racismo y diversas formas de represión. Lo primero que quiero destacar al respecto sobre mi texto es que mi trabajo como crítica e investigadora teatral es dar voz a otros, registrar sus apuestas, intenciones, logros y obstáculos, contar su historia. Agradezco haber tenido la oportunidad de dar presencia a través de mis palabras a este grupo de personas de incuestionable integridad y vocación de servicio que forman parte de laboratorio.
En el marco de esta ceremonia se presentó el libro; además de inaugurar la exposición fotográfica de la artista mexicana, quien por más de cuatro décadas ha documentado, mediante imágenes, el teatro campesino e indígena en diferentes partes de la República mexicana.
Posteriormente, en la explanada de la Casa Miguel Alemán niñas, niños, adolescentes y adultos además apreciaron la participación del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena, con un fragmento de la obra Los perros, de la escritora Elena Garro. La alegría y el entusiasmo de las y los asistentes se hizo presente al ver la calidad del elenco integrado por actores y actrices de Yucatán y Tabasco.
La fotógrafa Lourdes Grobet, quien el próximo 25 de julio celebrará su cumpleaños, difunde y documenta a través de su amplio acervo el legado cultural del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena.