Originaria de Guadalajara, Jalisco, la destacada figura del ballet compartió clases, de acuerdo con la cofundadora de la CND, la maestra Nellie Happee, con Nelsy Dambre en el estudio que tenía la maestra y bailarina francesa de la Ópera de Paris en la sala de su casa.
Desde pequeña, Laura Urdapilleta (2 de febrero, 1932) mostró inclinaciones dancísticas al estudiar con los maestros y formadores Estrella Morales, Gloria Campobello, Michel Panaieff y Sergio Francheli.
Se distinguió por sus actuaciones en los papeles principales de Giselle, El lago de los cisnes, Coppélia, Combate, Las sílfides, El Cascanueces, Pas de quatre, Huapango, La Luna y el venado, entre otras coreografías.
El codirector de la CND, Cuauhtémoc Nájera, asegura que fue “la Primera bailarina más destacada que la agrupación tuvo en su momento, una inspiración para varias generaciones de bailarines”.
Para Happee, ella “es muy importante, no solo por su desempeño profesional y hermoso, sino por su excelencia y entrega a la profesión. Fue un gran ejemplo, tenía personalidad, técnica y carisma para el ballet. Llenaba los escenarios, sabía llegarle al público. La quise mucho y lo que digo acerca de ella no es por cariño, es porque reconozco lo buena que era”.
Recuerda que Laura, junto con Jorge Cano, llenaron toda una época —como Susana Benavides— en la compañía del Inbal.
Por su parte, para la maestra ensayadora y ex primera bailarina de la CND, Tihui Gutiérrez, la aportación que hizo Urdapilleta para la danza en México fue poner al ballet en el mapa.
“Su carácter, su carisma, su personalidad magnética… Todos los que la vimos bailar nos maravillamos con su esencia. Hay papeles que jamás he visto que se interpreten como ella lo hacía. Me acuerdo de su solo en la variación Divertimento de Raymonda, y como Odette en El lago de los cisnes, en el Lago de Chapultepec.
“Para mí fue una inspiración por ser la primera bailarina mexicana y la máxima representante de una compañía nacional a la que vi bailar. Creo que fue y es un pilar inigualable para la danza y la CND”, apuntó.
Laura Urdapilleta debutó profesionalmente en diversas puestas en escena de agrupaciones mexicanas, siendo reconocida por su interpretación, en 1947, con la compañía Markova-Dolin, en México.
Viajó por la República mexicana como primera bailarina del Ballet Concierto de México que dirigían Sergio Unger y Felipe Segura. Participó con el American Ballet Theatre durante dos temporadas, fue artista invitada en la compañía de Michel Panaieff para bailar en Los Ángeles y huésped del Ballet de Guatemala. Entre 1963 y 1980 fue una de las primeras bailarinas del Ballet Clásico de México, hoy Compañía Nacional de Danza.
En su trayectoria fue distinguida por la Unión de Cronistas de Teatro y Música en 1957, recibió la Medalla de Oro del Inbal (1960), Medalla de Oro del gobierno de Jalisco (1965) y el premio Artista del Pueblo otorgado por el entonces Departamento del Distrito Federal (1970), entre otros galardones.
En 1980, luego de su retiro de los escenarios, estableció su Escuela de Ballet Clásico en Ciudad Juárez, Chihuahua, para compartir su vocación por la danza, configurándose como una de las personalidades más auténticas de este arte en México.