De acuerdo con José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el país gobernado por Andrés Manuel López Obrador sería uno de los perdedores por esta decisión de los líderes occidentales. ¿Por qué? Porque México es un exportador neto de gasolina y gas proveniente de Estados Unidos.
El viceprimer ministro ruso, Alexandr Nóvak, especificó que, si el tope de la UE entraba en vigor, Rusia reorientaría su suministro de crudo hacia otros "socios orientados al mercado" o reduciría la producción. Sin embargo, a pesar de esta advertencia y plenamente consciente de los posibles estragos en los mercados energéticos en caso de que Moscú frenara la extracción de petróleo, Occidente siguió adelante con su plan.
"México se encuentra en un doble filo en cuanto a la reducción de los precios del crudo, en donde habría menor ingreso por la reducción de los flujos", señaló el especialista.
Con información de Sputnik.com