Oaxaca.-El desabasto de agua actual obliga a los arquitectos a pensar en soluciones o incluso a retomar viejas alterativas, como el impluvium romano, que consiste en captar el agua de lluvia que cae del techo, “necesitamos proyectar diseños que logren el máximo volumen de captación de agua, y reduzcan al mínimo el desperdicio del líquido”, comentó el Arquitecto, quien fuera docente de la Facultad de Arquitectura 5 de Mayo, Marco Antonio Aguirre Pliego.
“La arquitectura siempre se ha adaptado a las circunstancias históricas, entre ellas el uso del agua, ya sea como parte de la construcción, como consumo diario y como objeto de ornamento y placer”, así lo afirmó el profesor universitario jubilado de la Máxima Casa de Estudios, Aguirre Pliego, durante su conferencia ”Visión del agua en el marco de la arquitectura del futuro”, en la Facultad de Arquitectura 5 de Mayo de la UABJO.
Y es que para el especialista, uno de los grandes retos que debe enfrentar el gremio de la arquitectura, tiene que ver con pensar en soluciones para optimizar el uso del vital líquido, por lo que plantea como una posible solución el implementar estrategias para aprovechar al máximo la captación del agua de lluvia.
Durante su conferencia, realizada dentro de las actividades de la Jornada Cultural 2022 que organiza la Facultad de Arquitectura 5 de Mayo para celebrar los 40 años de su creación, compartió un interesante recorrido histórico sobre diversas construcciones, sitios y monumentos desde el siglo II hasta la actualidad, en donde se abordó cómo el agua ha sido utilizada desde entonces, como elemento de ornamento, lujo y placer.
Así habló sobre las famosas termas de Caracalla del imperio Romano, las cuales eran de uso público e incluían diferentes tipos de baños, también relató sobre la Villa Adriana en Tívoli, hoy conocida como Teatro Marítimo o el impresionante Templo de Angkor Vat, el cual es claro ejemplo del uso del agua como elemento estético.
El especialista, señaló que en México hay referentes de la integración del agua en la arquitectura desde la época prehispánica, tal como fue la gran Tenochtitlán o la zona arqueológica de Tetzcotzingo, también conocida como los Baños de Netzahuacóyotl, la cual alberga una de las obras de ingeniería hidráulicas más importantes de ese tiempo.
Aguirre Pliego abundó en el uso del agua como elemento plástico en la arquitectura contemporánea y mostró claros ejemplos como la Casa de la Cascada del arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright o la Casa Gálvez y la Casa Gilardi, ambas proyectadas por el multipremiado arquitecto mexicano Luis Barragán.
Y esa estética de Barragán, influyó un tanto en lo que vemos en la actualidad en edificios históricos de la ciudad de Oaxaca y municipios conurbados, como los espejos de agua utilizados en los centros de arte impulsados por el artista plástico Francisco Toledo, o los canales de agua que se pueden apreciar en lugares como el Centro Cultural San Pablo, entre otros.