Oaxaca.-El cáncer de mama es el padecimiento más común entre las mujeres a nivel mundial, representando el 16% de todos los cánceres a nivel femenino. En cuanto al hombre, el cáncer de mama representa menos del 1% (OMS, 2014). En muchas ocasiones, su detección se realiza en una etapa avanzada, complicando así su pronóstico. Por ello, se resalta la importancia no solo de su prevención mediante revisiones médicas, sino también, de su control e intervención oportuna. Ahora, no cabe duda que si nos encontramos frente un diagnóstico de cáncer de mama, tendemos a percibir esta noticia como desoladora. En esta ocasión, resaltaremos la importancia del cáncer de mama y su acompañamiento psicológico con los respectivos beneficios subyacentes.
Cuando una persona se encuentra frente a un diagnóstico como el cáncer de mama, se enfrenta a una situación que genera un alto grado de angustia. En muchas ocasiones, le costará manejar esta sensación incluso después del impacto inicial de la noticia.
A partir de dicho momento, quienes lo padecen, comprenden que han de enfrentarse a un largo proceso de tratamiento y recuperación, que puede conllevar una miríada de problemas.
El desgaste emocional generado a partir de la noticia provoca cansancio, preocupación y dudas. Como resultado, pueden aparecer ideas relacionadas con los síntomas, el padecimiento, tratamiento o incluso la muerte.
Asimismo, existen otras preocupaciones relacionadas a las actividades diarias y a la posible interferencia que puede generar la enfermedad.
Adicionalmente, hay estudios que indican que durante el inicio de la enfermedad, el paciente puede pasar por un proceso de “duelo oncológico” en el que atraviesa una serie de etapas como resultado del impacto de la noticia.
Dicho duelo puede, incluso, permanecer posterior al diagnóstico. Esto quiere decir que vivir dicho proceso implicará una reconstitución a nivel psíquico.
Un aspecto muy necesario para responder ante los diferentes desafíos físicos, cognitivos, sociales y emocionales (Rojas, 2006).
La posible pérdida que puede generarse por el cáncer de mama, con su significado simbólico, cultural, sexual, psicológico y afectivo, es probable que incida en el estado anímico.
Esto puede ocurrir como resultado de una cirugía o tratamiento de quimioterapia al impactar directamente en la imagen corporal, por ejemplo.
De esta forma, dicha pérdida se enmarca una idea de “asimetría corporal” que puede influir en la autoestima y la percepción de uno mismo.
Todos estos factores contribuyen a la aparición de estrés, ansiedad e incluso depresión.
Y, dado que el impacto de la noticia puede afectar al bienestar psicológico de la persona se vuelve fundamental recibir un acompañamiento psicológico.
Es completamente normal que el impacto de una noticia como esta desborde un sinnúmero de emociones. Ahora, las consecuencias de tales emociones negativas pueden provocar conductas que alteran el ritmo de vida normal. Esto es, puede darse el caso de un cambio en la alimentación, trastornos del sueño, aislamiento social o conductas de adicción, entre otros.
Adicionalmente, un diagnóstico de cáncer de mama puede generar dificultades en la participación y adaptación de los tratamientos médicos.
Y es que, muchos hombres y mujeres pueden encontrarse desmotivados y, en ocasiones, negarse a recibir un tratamiento o cirugía. Como resultado, la enfermedad puede acentuarse más, complicando así su pronóstico.
Los profesionales de la salud mental pueden resultar de gran utilidad frente a una situación como esta.
El objetivo principal será ayudar a manejar los cambios físicos, emocionales y psicológicos como consecuencia de la enfermedad.
Así mismo, se intentará guiar y apoyar en su proceso de adaptación a la nueva rutina.
En algunos casos, el apoyo de un experto puede ser de gran utilidad en el momento de confrontar la situación con la pareja o familia.
De esta manera, se busca animar a la persona a que busque fuentes de apoyo y que valore los distintos tratamientos médicos.
Sumado a esto, el psicólogo está en capacidad de brindar estrategias de afrontamiento y resolución de conflictos.
Este apoyo es fundamental para que el paciente pueda lidiar de mejor manera con la situación de dolor, angustia o miedo que pueda generarse.
Y es que, la importancia de resaltar el aprendizaje y desarrollo personal que viene a partir de un problema o crisis es de gran utilidad.
El acompañamiento psicológico es un fuerte apoyo para la familia y pareja de la persona que padece cáncer de mama. Al fin y al cabo, puede suponer un espacio para afrontar tanto los sentimientos propios como los del círculo familiar.
Por otro lado, es importante entender que, posterior al tratamiento médico, se debe continuar el trabajo a nivel emocional.
Muchas veces, quien se enfrenta a una enfermedad como esta puede sentir cierta “presión social” de recuperar su rutina. No obstante, tiene que trabajar en la aceptación e incorporación de su nueva imagen, su recuperación física, y en sí, la experiencia del padecimiento.
Asimismo, el apoyo del psicólogo es fundamental para poder brindar estrategias en caso de una posible reaparición de la enfermedad.
Según la APA (2019), los efectos colaterales de la quimioterapia pueden ocasionar una serie de malestares físicos que provocan el rechazo a continuar con los tratamientos. La participación del psicólogo es oportuna para enseñar a sobrellevar este dolor mediante ejercicios de relajación o meditación, por ejemplo.
Asimismo, de forma indirecta, el acompañamiento psicológico incide en la salud física. El estrés, como se planteó anteriormente, es una respuesta emocional que puede inhibir la capacidad de protección del cuerpo.
Por lo tanto, muchas veces el sistema inmunológico se puede ver descompensando, convirtiéndose en un punto vulnerable a nivel físico. Las estrategias de afrontamiento planteadas en terapia pueden ser altamente favorables para evitar que surjan o se acrecenten cuadros de estrés, ansiedad o depresión.
No existe una fórmula adaptada a todas las personas, sin embargo, una combinación entre terapia individual y grupal puede ser muy efectiva.
La terapia individual estará “enfocada en la comprensión y modificación de patrones de pensamiento y conducta” (APA, 2019).
En el caso de la terapia grupal, el intercambio de experiencias promueve la sensación de apoyo y acompañamiento ante una situación como esta.
Asimismo, no podemos olvidarnos de la importancia de un proceso de psicoeducación que brinde información clara y completa sobre los diferentes aspectos que rodean la enfermedad.
Cuanta mayor información tengamos, mejores posibilidades de afrontamiento.
En general, el tratamiento se debe enfocar en la búsqueda de una mejora de la calidad de vida.
En esta nota hemos procurado trabajar dos temas que son importantes ante una situación compleja como esta: cáncer de mama y su acompañamiento psicológico. Y es que la actitud frente al proceso influye para lograr mejores resultados.
Es por ello que la toma de decisiones informada, una comunicación clara y su participación activa en el tratamiento es muy positivo. Esto es, mientras mejor comprensión de la enfermedad y todas sus implicaciones, mejor y mayor disposición presentará. Y, para esto, la figura del psicólogo es un apoyo importante en el proceso.
El cáncer de mama no deja de ser un diagnóstico difícil de afrontar. Una noticia, que sin importar cuánta información hayamos escuchado, implica un fuerte impacto en la vida de quien lo padece.
No escatimemos en la búsqueda de apoyo psicológico, sin duda alguna, una mente sana va a ser el mejor recurso para sobrellevar esta situación.
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