Oaxaca.-Santiago Olguín Mitchell es un artista de múltiples orígenes y formaciones.
Nacido en el Distrito Federal (1970), hoy CDMX; radica en la ciudad de Oaxaca y es hijo de padre mexicano y madre estadunidense.
Cursó estudios de antropología en la Universidad Autónoma de Yucatán; ha hecho posgrados en la Universidad Central de Seattle, Washington, y la Universidad de las Américas, en Puebla.
Desde el año 2001 ha expuesto en varios espacios institucionales y alternativos de la ciudad de Oaxaca. Es en 2012 cuando se incorpora al taller de grabado de Francisco Limón; ahí incursiona en diversas técnicas de la gráfica.
Asímismo, ha trabajado en colaboración con fotógrafos, como Víctor Chagoya y Patricia Cerezo, interviniendo trabajos análogos y digitales.
Se ha desempeñado también como promotor cultural en la región de la costa chica de Oaxaca.
A grandes rasgos esa es su historia; pero hay más.
De su visión de la especie como una totalidad, Santiago parece definir que las “especialidades” son una de las formas de la ignorancia; por eso acude no sólo al ensayo social y antropológico, sino que incursiona en el arte visual como otra forma de catalogar la experiencia humana, su viviencia, para darle forma y contorno a lo visto y amado.
Edición: Laura Espejo ONCE
Dada la formación de Santiago Olguín, su obra surge de una mirada antropológica.
El artista observa el mundo a partir de las personas que lo habitan, y a su vez estas personas crean el mundo que las rodea, forman un hábitat: hacen cultura. En principio, esta exposición funciona como una bitácora de viaje.
El trayecto tiene dos destinos: la costa chica, región que enlaza a Oaxaca y Guerrero a la altura del Océano Pacífico, y la península de Yucatán, que separa el Caribe del Golfo de México. El mar define los límites del paisaje y de la imagen.
Para comprender el mundo que observa, el artista hace preguntas, se entromete, participa.
El viaje es también diálogo y convivencia.
De ahí proviene esa sensación de cercanía y cotidianidad. La exposición Once recopila más de una década de trabajo en gráfica y pintura en la que Santiago Olguín ha desarrollado la firme sencillez del trazo y la serenidad de los colores para expresar ese mundo observado a orillas del mar.
Fernando Lobo