López Obrador reconoció las lecciones de humanismo, dignidad y democracia del ex presidente chileno.
“De él aprendimos (en México) que la mejor forma de lograr una transformación depende mucho del esfuerzo que hagamos para despertar la conciencia cívica, el cambio de mentalidad en nuestros pueblos, no sólo de una minoría”. Desde luego –resaltó–, esto requiere de temple, convicciones y perseverancia.
Aseguró enseguida que a partir de estas bases y bajo la premisa de primero los pobres, en el territorio mexicano se han podido alcanzar objetivos extraordinarios.
“Es un timbre de orgullo constatar que, a pesar de la pandemia y de la crisis económica precipitada por ese azote y por la guerra en Ucrania, hemos logrado reducir la desigualdad, como no había ocurrido en décadas en nuestro país”.