Los síntomas del golpe de calor pueden incluir piel caliente y seca, mareo o desmayo, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, respiración rápida y superficial, pulso rápido y fuerte, calambres musculares y confusión o comportamiento anormal.
Si se sospecha de un golpe de calor, es importante buscar atención médica inmediatamente.
Mientras tanto, debe enfriar al afectado rápidamente. Si es posible, debe trasladarse a un ambiente más fresco y aplicar compresas frías o húmedas en la piel. Se debe remover cualquier ropa apretada o extras que lleve puestas.
Asimismo, se le debe ofrecer líquidos para beber. En situaciones graves, se puede requerir el uso de ventiladores, irrigación intravenosa y otros tratamientos, y la hospitalización puede ser necesaria.
Es importante prestar atención a las advertencias de calor extremo y tomar medidas para prevenir el golpe de calor, como mantenerse hidratado, evitar actividades extenuantes en días muy calurosos, usar ropa ligera y protectora y limitar la exposición al sol directo.