Ciudadania Express
Viernes 17 de febrero, 2023. 12:30 pm

Crónicas ocultas / " El tío Nachito "

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Crónicas ocultas /
Texto e ilustración: Salvador Hernández.

Oaxaca.- Me tiemblan las manos, me levanto del destartalado sofacama. Residuos de tequila en una botella cuya marca no recuerdo, son un espejismo prometedor en medio de la resaca. Tres tragos son suficientes, para cobijar mis entrañas.
Minutos después, lanzo un buche de agua que se estrella en el lavabo, que a mi mismo me sorprende. “la fuerza interna de la vida para mantenerse en pie, es el origen de todo”, ignoro al autor de dichas palabras.
 
Trazo un itinerario imaginario, cuya primera escala es “El Tío Nachito”. Pocilga de mala muerte, que, como mayor distintivo, no tiene ninguno. Ubicado, en contra esquina de la primera iglesia católica, construida en la ciudad. Una puerta de metal, permanece entreabierta, asidero de teporochos, Y bebedores fuertes caídos en desgracia. 
 
Políticos de diferentes rangos, se dan cita en el tugurio, y sólo reciben el saludo, si es para asestarles un sablazo. 
 
El hedor avinagrado, se mezcla con un murmullo que sube de tono, a medida que el tiempo pasa. Escondido entre garrafas de aguardiente y mezcales baratos, un viejo reloj marca las siete de la mañana. Los primeros rayos del sol, se estrellan en los rostros de los deslucidos borrachos, como seguramente, se ilumina el cristo de la iglesia vecina. 
 
 Un barco a la deriva, donde los marinos más experimentados, portan insignias gravadas en sus rostros, prueba fehaciente de mil batallas de su turbulenta vida; parroquianos que en otros tiempos, fueron mercenarios al mejor pastor, se mezclan entre la concurrencia, narrando sus anécdotas que las alas del alcohol impulsan. Un pirata tuerto, sirve los primeros mezcales de cedrón.
 
Al alejarse la resaca, el lugar es un hervidero de voces, acompañadas de estruendosos abrazos a la vieja usanza politiquera; mentadas de madre restregadas con una palmada en la espalda. Bullicioso buque, que sobrevive al naufragio, por enésima vez.
 
En una de las mesas, unos filósofos -desertores de las inoperantes aulas escolares-, discuten acaloradamente, ante la indiferencia de otros pájaros, igual de caídos.
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