Ciudadania Express
Domingo 12 de febrero, 2023. 03:00 pm

Cuentos y vericuetos "Final Feliz"

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Cuentos y vericuetos
Salvador Hernández
 
Oaxaca.-Reconozco que perdí - ¿o gané’? -, treinta años de vida llena de francachelas, juego y mujeres, tantas, como los países que conocí. Viajes tan remotos, que trasladarse, en sí, ya era una aventura.
 
No hace mucho, me dijo Lola, la mesera del Hamburgo: “te pareces a Sony, el hijo de Don Carleone”. Lola, venida a menos cuando el pintor Alexander Benjamín, mejor conocido como “El loco”, se fue a vivir con una gringa, y sus dos hijas a san Miguel Allende.
 
El tiempo no pasa en balde, la papada y el estómago me crecieron tanto, al grado que del galán coppoliano, sólo quedaba un remoto recuerdo.
 
Pero recién pasado los sesenta y cinco, lo recuerdo bien -porque, aunque nunca fui burócrata, ni trabajé en nada parecido a una oficina-, ya cobraba mi apoyo en la “4 Té”.
 
 Si el licenciado trinquetero mejor conocido como “El Churro” (por obvias razones), diputado, ungido por un partido de derecha y senador después, por otro, de 
izquierda, cobraba religiosamente en el banco del “Bienestar”, ¿Por qué yo no?
 
En esos tiempos transformadores, conocí a Lorenza-le gustaba que le llamaran Lorem, con M-, conocida en el mundillo de la política, por emprendedora y sus gustos, por las joyas y los restaurantes gourmet.
 
Ávido por carne joven, y ella, ávida por dinero fácil, llegamos a congeniar de inmediato, casi puedo asegurar que era mi media naranja. “Mira ahí va ese pata rajada, que se cree un galán”, decía, como si me leyera la mente. Odiaba el olor a cigarro, además de tomar leche deslactosada en sus “rusos blancos”.
Remasterizado con su compañía, puse manos a la obra: gimnasio diario, de seis a ocho, natación de 10 a 11, subir el cerro “La Teta de Manuela” tres veces a la semana. Alternando con diez vueltas al polideportivo del club. Masajes, “turcos” y baños “rusos”, frutas y verduras tres veces al día.
 
Mientras Loremza, sólo le ponía atención a mi cartera, y a las tarjetas cuando visitábamos las tiendas departamentales.
Dos meses duró la ilusión, y hubiera durado más, si no me da una severa lumbalgia, que postró en una silla de ruedas. En la misma clínica “Cartilag”, estuve internado dos semanas más, por una severa deshidratación. Sobra decir que me sacaron un ojo de la cara. De la panza y la papada, ningún cambio.
 
Lo único agradable, es que conocí a Yeni -con J-, escort y exsecretaria del licenciado “Churro”. Parece que le agrada vestir de blanco y faldas cortas. De enfermería, sobra decir, no sabe nada.
De Loremza, supe que se casó con un tipo diez años más viejo que yo, sobra decir, que con más dinero también.
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