Oaxaca.-A pesar del usufructo que hicieron durante casi 10 años con la renta del Patio El Guaje y el espacio a un lado del Jardín Etnobotánico, ocupado para fiestas que les deja recursos hasta por $8 millones de pesos anuales, la Oficina de Convenciones y Visitantes de Oaxaca (OCV) abandonó la obra maestra del pintor Francisco Toledo llamada “La Sangre de Mitla”, una bella fuente de agua que luce totalmente deteriorada.
En un recorrido que realizamos de incógnito al lugar, se puede observar que la bellísima obra emblemática del maestro Toledo ni siquiera está en funcionamiento, porque los responsables de la OCV a cargo de Begoña Hernández Mancilla, hasta finales de noviembre de 2022, desconocen completamente su manejo y lleva varios años sin funcionar.
La fuente elaborada por el artista plástico en la que utilizó como base la madera de un árbol muerto y al frente la forró de granito, de la cual caen gotas de aguas rojizas, de ahí el nombre de “La Sangre de Mitla”, luce abandonada, hasta con maleza en la parte superior, lo que por supuesto, ha molestado a artistas plásticos y a la propia familia del maestro Toledo por el poco valor que le dan a uno de los tesoros más grandes donado y elaborado especialmente para el Jardín Etnobotánico.
La obra fue colocada en el Patio El Guaje, donde se casó la polémica maestra Elba Esther Gordillo, y cuando se accede por la parte de la calle Alcalá lo primero que se ve es la fuente, justo frente al Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), lugar que tanto quiso el maestro Toledo.
Solo que, en la puerta de acceso a dicho recinto, ubicado a un costado de la iglesia de Santo Domingo, está infestado de ambulantes que colgaron sus artesanías y taparon la visibilidad, ni eso respetan.
Ni a quien reclamarle, porque ese es el valor que el edil capitalino Francisco Martínez Neri le ha dado a la cultura en la capital oaxaqueña, es quien ha permitido que pululen los ambulantes, en lugar de cuidar que no estropeen la visibilidad ni la entrada a los recintos culturales.
Se desconoce desde hace cuánto tiempo no le dan mantenimiento al lugar, porque hasta el área que ocupan para colocar los alimentos, el techo y las paredes luce enmohecido por la filtración de agua cuando llueve, ni de eso se ocuparon.
Ahí nada funciona, pero eso sí, durante casi 10 años habrían recibido cerca de $80 millones de pesos, producto de las rentas de los espacios, que se desconoce en qué fueron invertidos, porque en esa oficina de la OCV solamente hay dos secretarias.
Es importante precisar que la renta de esos espacios, porque son dos, el Patio El Guaje y un área ubicada a un costado del Jardín Etnobotánico, no las usufructúa la Dirección de ese lugar, sino que hay un área especialmente dedicada a rentarlo para fiestas que es la Oficina de Convenciones y Visitantes de Oaxaca, creada por decreto en la época del gobierno de Gabino Cué Monteagudo el 2 de enero de 2012 el Fideicomiso Público denominado OCV.
La “grandiosa” idea de crearlo fue nada menos que del ex secretario de administración en esa ápoca gabinista, Alberto Vargas Varela y el ex secretario de turismo, José Zorrilla, dividieron prácticamente el Jardín Etnobotánico, para sacarle provecho a esos dos espacios con la renta para bodas o quinceaños, principalmente.
A pesar de la oposición del maestro Toledo y de los propios directivos del Jardín Etnobotánico que en ningún momento estuvieron de acuerdo por el daño que le ocasionarían a dicho lugar, ambos exfuncionarios gabinistas se salieron con la suya y sacaron el decreto vía el Congreso del Estado con la única intención de sacar dinero, hoy el tiempo le da la razón al artista plástico más importante de los últimos tiempos, el daño está hecho, abandonaron el lugar.
Y lo peor es que el usufructo siguió en el sexenio de Alejandro Murat Hinojosa, quien, en lugar de desaparecerlo, lo siguieron rentando para fiestas, donde hasta las escalinatas para llegar al lugar por donde pasan los invitados se ha despegado la cantera y tampoco le dieron mantenimiento. Incluso algunas invitadas han sufrido caídas.
Hoy toca el turno al gobierno de Salomón Jara Cruz, que ha ponderado en repetidas ocasiones la importancia de los espacios culturales, aquí tiene a uno de los más importantes de Oaxaca, el Jardín Etnobotánico y la magna obra del maestro Toledo, hay que devolverle su grandeza y no seguir permitiendo la renta de esos espacios para fiestas, cuyo único objetivo, ha quedado comprobado, fue sacar dinero que no se sabe para qué lo ocuparon durante 10 años.
Bien haría Jara Cruz en darle una revisada al decreto y ordenar que se cancele, reunir a su equipo de cultura, incluso a expertos en la materia y visitar el lugar, hablar con los empleados del Jardín Etnobotánico y sus directivos, se va a llevar grandes sorpresas, porque hasta una obra de sanitarios para mujeres y hombres, quedó inconclusa y abandonada.
De plano, los empleados están por honorarios, no tienen derecho a vacaciones, ni seguridad social, ganando lo mínimo, pero eso sí las casi tres hectáreas que abarca el Jardín Etnobotánico lucen esplendorosas, y los trabajadores tienen la camiseta bien puesta, las diversas variedades de plantas están super cuidadas y ya tienen producción propia de las diferentes especies.
Por eso vale la pena un voto de confianza por el rescate del Jardín Etnobotánico y la obra maestra del artista plástico Francisco Toledo, en su memoria, “La sangre de Mitla”.
Veremos si hay voluntad del gobierno de Jara Cruz para cumplir en los hechos.
Con informacion de primeralinea.mx -/María de los Ángeles Nivón Molan
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