Salvador Hernández.
Oaxaca.-El agua potable es un Derecho Humano, según lo marca nuestra constitución en su artículo 4º, publicado en febrero del 2012. Sin embargo, en las últimas décadas, los gobiernos priistas, hicieron caso omiso a su distribución en la ciudad de Oaxaca, por el contrario, los recibos del vital líquido, siguen llegando puntualmente, por un servicio público que no se recibe. Sobre todo, en algunos sectores de la parte sur del centro histórico. Lo anterior, ya que èsta parte de la ciudad, no tiene la infraestructura hotelera y restaurantera que existe en la parte norte, para el turismo extranjero y nacional, principalmente.
Al respecto, el libro “Desprecio y Despojo, Gentrificación y Turismo en Oaxaca” señala: “No es sorpresa que los hoteles céntricos, tengan agua ilimitada y fuera de èstos, el vital líquido escaseé constantemente” (página 7)
Es del conocimiento público la corrupción por parte de los funcionarios públicos. Desde el gobernador del Estado, hasta los directores de la conocida anteriormente como SAPAO.
Desconozco los arreglos mercantiles que exista con los piperos, que, por cierto, están -desde hace años-, “haciendo su agosto”. Lo que es evidente es el daño en la economía de las clases más vulnerables. Algunos microempresarios, tienen que pagar una pipa de agua para surtir su tinaco, diariamente.
Afortunadamente, comités vecinales y barrios populares, donde se ha detectado que hoteles de lujo han proliferado, se están organizando.
Lo que se avecina es una inconformidad general en la ciudadanía, que todavía no ha caído en garras de la gentrificación orquestada por políticas turísticas, mal encauzadas, dando prioridad a los que pueden pagar pipas de más de diez mil litros. Para llenar sus albercas y otras comodidades, fuera del alcance de los ciudadanos de a pie.
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