- Por tercera ocasión, la Orquesta Sinfónica de la Escuela de Iniciación Musical Santa Cecilia (EIMSCE) se presentó en el Teatro Macedonio Alcalá de la ciudad de Oaxaca el seis de febrero de 2024.
Oaxaca.-Bajo la extraordinaria dirección del pianista Panos Karan (Grecia), el evento artístico fue altamente significativo pues reunió talentos musicales de varias nacionalidades: Katarzyna Deja (Polonia), Lucy French (Inglaterra), Antonio Moya-Latorre (España), Margarita Barrientos, Maribel Vargas, Alejandro Carrillo, Filomeno Ortiz, Eduardo Velásquez, Javier Celis (México). Tres instituciones se coordinaron para lograr este acontecimiento singular: “Keys of Change” (Grecia/Inglaterra), “La Banda de Música” (Francia) y “Armonía, Juventud y Comunidad AC” (México).
Los talentos personales e institucionales hicieron visible que la música abre fronteras y que expresa por sí misma un carácter humano y universal. Sin lugar a duda, el Concierto “Sinfonía sin Fronteras” fue de notable calidad artística y humana. Desde la ubicación periférica en donde surgió la Escuela de Iniciación Musical Santa Cecilia en el año 2011, el Concierto revela, en lo profundo, que hay otras fronteras que también se están abriendo.
En abril de 2018 el Coro Air France y la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de la EIMSCE se presentaron por primera vez en Concierto en el Teatro Macedonio Alcalá. Recordamos que ofreciendo los boletos el día del Concierto enfrente de ese edificio, una persona se acercó y visiblemente molesta nos dijo: “¿cómo es posible que ustedes (de la colonia Vicente Guerrero) denigren con su presencia este importante recinto musical?, no se vale, váyanse”. Permanecimos en silencio y esa persona optó por retirarse. Las fronteras que dividen y excluyen están también en nuestro interior, en la cultura ordinaria y en el ambiente de racismo y discriminación que priva en la sociedad.
El Concierto del pasado 6 de febrero fue de alta calidez humana porque los asistentes estaban conectados no solamente con la calidad artística de la interpretación musical de los niños y jóvenes, sino también y sobre todo, estaban identificados con este proyecto musical comunitario multicultural surgido en un contexto de exclusión y marginación social que ofrece desarrollo humano y artístico a niñas, niños, adolescentes y jóvenes; un proyecto que genera dignificación personal y comunitaria; un proyecto que fomenta sueños y transforma el rostro de las personas y las colonias periféricas, que crea esperanzas, solidaridad y paz; un proyecto que se va transformando en un semillero artístico, profesional e innovador en varios sentidos.
Durante el Concierto “Sinfonía Sin Fronteras”, observamos que varias personas lloraron de gratitud y esperanza contemplando los rostros dignos de los niños y jóvenes integrantes de la orquesta Santa Cecilia, puestos de pie al final del Concierto, que revelaban historias que se han entretejido desde hace varios años y con una multitud de esfuerzos desde muy abajo: desde las adicciones y las violencias cotidianas y estructurales; desde las carencias y la falta de oportunidades juveniles de la zona oriente de Zaachila; desde la discapacidad y las contraculturas propias de las periferias sociales; desde la contaminación del tiradero y el estigma de vivir junto a la basura. Cruzar estas fronteras supone tenacidad y esfuerzos conjuntos para crear inclusión y calidad artística.
Una gran cantidad de personas participantes en el Concierto provenían de las colonias de la Zona Oriente de Zaachila y de San Bartolo Coyotepec. Para muchas de ellas era la primera vez que entraban al majestuoso teatro Macedonio Alcalá, construido en el porfiriato. Este hecho significa también que se están derribando otro tipo de fronteras y que nos hace falta mucho trecho que recorrer para que todos seamos dignos en las sociedades que de hecho habitamos.
En este sentido recordamos dos expresiones muy significativas en este caminar de 13 años.
Después del primer concierto público de la Banda de Música de la EIMSCE realizado en el templo de Santa Cecilia (2012), una persona de la colonia, visiblemente satisfecho, se acercó y nos manifestó: “De ahora en adelante la gente de la ciudad que no nos baja de violentos, drogadictos o malvivientes, tendrán que reconocer que también realizamos cosas bonitas”. En una ocasión que el Sr. Obispo se refirió a las niñas y niños de la Escuela, dijo: “Hemos de reconocer que nosotros les mandamos basura a las colonias y ellos nos devuelven música”.
La EIMSCE es un proyecto comunitario autónomo que cuenta con el apoyo desde su origen de la comunidad local, de la Parroquia de San Bartolomé Apóstol y de varias instituciones: “La Banda de Musica”, “Tash Inc Org”, “Keys of Change”, “Le Don Du Choeur”, “Fundación Air France” “Lauderos sin Fronteras”, entre otras. Es invaluable el apoyo voluntario y cotidiano de mamás y papás de los alumnos, de los Directivos y Comités de la Escuela. El voluntariado cultural y comunitario invisible es persistente desde los inicios del proyecto.
Hay jóvenes egresados de la EIMSCE (o vinculados con la institución) que estudian licenciaturas musicales en la UNAM o bien otros que intentan innovar integrando música y lengua de señas (discapacidad), música y culturas periféricas. La Banda de Musica, la Orquesta de Cámara o la Orquesta Sinfónica se han hecho presentes desde hace años en conciertos con los pepenadores o en el Tiradero, en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña o en el Reclusorio Femenil, con la Pastoral de Sordos o los Raperos de las Colonias de la periferia. El tejido social se hace también desde las periferias existenciales del ser humano.
El año pasado, tras la participación que hizo la EIMSCE en el Festival Francés “Pequeñas Manos Sinfónicas”, algunos de nuestros participantes hicieron notar una diferencia cultural significativa en el oficio de hacer música, que en conjunto se puede expresar más o menos así: “los chicos franceses tienen calidad musical, cada uno aprende y se ejercita de manera individual en sus escuelas y se reúnen todos a tocar cada año en ese festival. Nosotros aprendemos a tocar en grupo, del diario aprendemos y tocamos juntos, la música está unida a la comunidad y a la fiesta, a la vida y a la muerte.
La música es parte de la comunidad”. Aún pervive aquella raíz originaria de nuestros pueblos que expresaban la Verdad y la Sabiduría de la Vida en la dualidad Flor y Canto. Cruzar las fronteras culturales es indispensable para conocer y compartir las identidades propias y ajenas, para valorar las especificidades y respetarlas de manera que podamos dimensionar ampliamente la vida. La música da sentido a la vida personal y comunitaria. La música es arte, belleza, gozo y expresión del ser humano de manera personal y comunitaria.
Escuela de Iniciación Musical Santa Cecilia
Agencia Vicente Guerrero, Zaachila, Oaxaca. México
Febrero de 2024