Oaxaca.-Aunque ellas representan más del 50% de los habitantes del campo, enfrentan desigualdades de género y falta de reconocimiento sobre sus tierras, su capacitación y empoderamiento emergen como motores de cambio.
El maíz, el cacao, la vainilla, el agave, el chile, el aguacate, la flor de cempasúchil y el nopal, son solo algunos de los productos que nos recuerdan la riqueza agraria de la identidad mexicana. Detrás de la producción de estos alimentos, están los 27, 4 millones de habitantes (INEGI) de las zonas rurales del país. Alrededor del 50.7% son mujeres, lo cual significa que 1 de cada 4 mexicanas es una mujer rural.
Estas mujeres se enfrentan a numerosas dificultades, como acceso limitado a servicios básicos de salud, educación, bajos ingresos económicos y trabajos de bajo ingreso o no remunerados. A esto se suma la desigualdad que viene dada por el género: en América Latina y el Caribe la incidencia de la pobreza multidimensional en mujeres es mayor en las zonas rurales, donde además hay altos porcentajes de población indígena, de acuerdo con PNUD.
En México, las mujeres rurales representan más del 40% de la fuerza del trabajo agropecuario (OIT, 2019), cifra que se queda corta si consideramos las tareas no remuneradas que recaen sobre ellas. Aunado a esto, sólo 3 de cada 10 personas que poseen un certificado parcelario, que las acredita como ejidatarias o comuneras, son mujeres (RAN, 2019). Al respecto, Liliana Zaragoza, Project Manager de Pro Mujer, quien trabaja con agricultoras del sur de México, relató que si bien hay mujeres que sí son dueñas de su tierra, la mayoría están a nombre de sus esposos, hijos, hermanos o de sus padres y ellas trabajan de manera indirecta la tierra. Tener estos títulos les da la oportunidad de presidir a los órganos que rigen las decisiones de organización que se toman sobre la tierra.
“Ellas pueden participar activamente en la toma de decisiones y en muchas actividades, salvo en las que tienen que ver con cobrar. Entonces, tanto la parte de tenencia de la tierra, como el ingreso económico no pasa directamente por las mujeres”, explicó la experta. Esta situación persiste, porque estas comunidades siguen arraigadas a normas sociales indígenas y rurales, donde hay machismo, misoginia y estructuras patriarcales que no les permite a las mujeres participar de la misma manera que a los hombres.
Capacitación: clave para transformar la realidad de la mujer rural
Un nuevo capítulo para las mujeres debe ser escrito por ellas mismas. Es por eso, que avanzar hacia su inclusión en estas esferas se vuelve una condición necesaria para poder dar vuelta la página.
La capacitación técnica de las mujeres rurales ha demostrado ser un catalizador del cambio. Por eso, el 12 de julio de este año, Inmujeres formalizó un acuerdo con Pro Mujer, una empresa social que llegó a México en 2001 y aboga por los derechos de las mujeres latinoamericanas, para invertir en herramientas de empoderamiento a través de microcréditos y programas de formación gratuitos.
La plataforma virtual Emprende Pro Mujer, permitió llegar a donde aún hoy es difícil para las instituciones educativas o financieras: directamente a los hogares de las mujeres en zonas rurales con altos niveles de marginación, a través de módulos virtuales o híbridos. Por medio de programas de acompañamiento para los distintos niveles de desarrollo de sus emprendimientos. Las inscriptas trabajan junto a especialistas sobre las habilidades de gestión, liderazgo y digitalización de negocios.
Desde su arribo a México, la plataforma ha impactado a más de 18 mil mujeres, de las cuales el 84% ya adoptó al menos tres de las prácticas empresariales fundamentales que se enseñan en los módulos, como tener un plan de negocios, presupuesto de gastos, registro de ventas y canales digitales de mercadeo de productos, y el 75% de las participantes alcanzaron un incremento en sus ventas mientras que el 42% mejoró sus habilidades financieras.
Sobre Pro Mujer:
Pro Mujer es una empresa social que desde hace más de 34 años brinda servicios y herramientas a las mujeres en América Latina para que puedan alcanzar su máximo potencial, mejorar sus condiciones de vida y transformarse en agentes de cambio para sus comunidades.
Opera a través de un modelo holístico e integral que busca ampliar el acceso de las mujeres de la región a los servicios de salud, aumentar su inclusión financiera y brindarles oportunidades de capacitación.
Más información en www.promujer.org
Esta conversación es moderada acorde a las reglas de la comunidad “Ciudadanía Express” . Por favor lee las reglas antes de unirte a ella.
Para revisar las reglas da clic aquí