Oaxaca.-Esta decisión, que se materializó con 469 votos a favor y una abstención, es parte de un esfuerzo más amplio para abordar el déficit habitacional en el país, que se estima en más de 8 millones de viviendas.

 

La reforma devuelve al Infonavit la capacidad de comprar terrenos y construir viviendas, una función que había perdido en 1992.

 

Desde entonces, el instituto se había centrado en la administración de recursos y la concesión de créditos a trabajadores para adquirir viviendas construidas por desarrolladoras privadas.

 

La propuesta incluye también un esquema de arrendamiento social, permitiendo a los trabajadores rentar las viviendas antes de decidir comprarlas, con un límite en el costo del alquiler que no debe exceder el 30% de su salario.

 

Los defensores de la reforma argumentan que esta medida es crucial para garantizar el acceso a vivienda adecuada y asequible. Se espera que Infonavit pueda recuperar un porcentaje significativo de las viviendas abandonadas en el país, estimadas en cerca de un millón.

 

Además, se proyecta la construcción de un millón de nuevas viviendas durante el actual sexenio, con una inversión significativa.

 

Sin embargo, la reforma no ha estado exenta de críticas. Líderes del sector construcción han expresado preocupaciones sobre la capacidad del Infonavit para gestionar proyectos de construcción eficientemente, citando fracasos pasados cuando intentó asumir este rol.

 

También se ha señalado el riesgo potencial de conflicto de interés al combinar las funciones de administrador de recursos y constructor.

 

Expertos advierten que sin cambios en las normativas urbanas y permisos necesarios para la construcción, el Infonavit podría enfrentar dificultades similares a las que enfrentan los desarrolladores privados.

 

Además, hay inquietudes sobre cómo se manejarán las finanzas del instituto si se involucra en la construcción y arrendamiento.