Oaxaca.-La publicación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) apoya esta aseveración en el aumento de las remesas registrado entre 2000 y 2022, que pasaron de 128.000 a 831.000 millones de dólares.
Este incremento del 650% significa que el monto de esos envíos de dinero de los migrantes a sus países de origen fue superior a la inversión extranjera directa en las economías en desarrollo.
El estudio subraya que la tendencia alcista de las remesas se mantuvo pese a la crisis económica derivada de la pandemia de COVID-19.
De los 831.000 millones de dólares remitidos en 2022, 647.000 fueron enviados por los migrantes a países de renta media y baja. “Estas remesas pueden llegar a conformar una porción muy significativa del Producto Interno Bruto de esos países”, apunta la OIM.
Sin embargo, los desafíos de la migración persisten y es imperativo atajar cuanto antes las crisis de desplazamiento, agrega el organismo de la ONU, recordando que aunque la mayor parte de la migración internacional es regular, segura y enfocada regionalmente, el tema ha tomado un cariz político plagado de información errónea que da lugar a fenómenos xenófobos, actos discriminatorios y abusos de los derechos de los migrantes.
En este sentido, la directora general de la OIM, Amy Pope, lamentó que las narrativas dominantes se hayan alejado de las explicaciones equilibradas y precisas de la migración, tanto de sus verdades simples como de sus complejas realidades específicas de cada situación.
Pope recordó que a lo largo de la historia, las personas han migrado en busca de una vida mejor, para huir de conflictos o buscar seguridad, o simplemente para encontrar nuevas oportunidades. Dijo también que actualmente gran parte de la migración está directamente relacionada con el trabajo.
Los migrantes suman actualmente 281 millones de personas en el mundo, o el 3,6% de la población global, en tanto que la cifra de personas desplazadas ya sea por los conflictos, la violencia, la pobreza, el cambio climático, los desastres u otros motivos, ha alcanzado el nivel récord de 117 millones en el mundo, más 71,2 millones dentro de sus propios países.
El número de solicitantes de asilo ha aumentado de 4,1 millones en 2020 a 5,4 millones en 2022, es decir, más del 30%.
La velocidad de estos incrementos excluye a muchas personas de las vías migratorias regulares, obligándolas a recurrir a medios irregulares generalmente muy peligrosos.
La OIM advirtió que esos canales irregulares reciben mucha atención de los medios y a menudo se les utiliza para socavar la confianza en la gobernanza y alimentar una idea retorcida que sirve de arma para obtener beneficios políticos a corto plazo.
Entre los datos presentados en el informe se cuentan los referentes a los vínculos de origen y destino entre dos países, llamados corredores migratorios bilaterales, que muestran cómo han evolucionado los patrones migratorios hasta convertirse en importantes poblaciones nacidas en el extranjero en países de destino específicos.
El corredor migratorio más grande del mundo es el de México a Estados Unidos, con cerca de once millones de personas. El segundo es de Siria a Turquía e incluye principalmente a refugiados de la guerra civil en el país árabe. El corredor de Ucrania a Rusia ocupa el tercer lugar.
La OIM indica que la migración de América Latina y el Caribe se ha caracterizado por tender hacia el norte del continente. Para 2020, más de 25 millones habían hecho ese viaje y residían en Norteamérica. En 1990, los latinoamericanos en esa zona del mundo eran diez millones.
En Europa, mientras tanto, había cinco millones de migrantes de la región en 2020, cuadruplicando el número registrado en 1990. Otras regiones, como Asia y Oceanía, albergaron un número muy pequeño de migrantes de América Latina y el Caribe en 2020 (400.000 y 200.000, respectivamente).
En cuanto a la cantidad de migrantes de otras regiones viviendo en América Latina y el Caribe, se ha mantenido relativamente estable con unos tres millones en los últimos 30 años. La mayoría de ellos son europeos y norteamericanos, con estos últimos en aumento.
El dato de migrantes de la propia región afincado en países latinoamericanos fue de once millones en 2020.
Los números desagregados muestran que la proporción de mujeres y hombres migrantes en América Latina y el Caribe es en gran medida igual en los principales países de destino. La excepción es la República Dominicana, donde son más los hombres que las mujeres migrantes.
Los venezolanos siguieron siendo la mayor población desplazada a través de las fronteras en el mundo en 2022, con más de 234.000 refugiados venezolanos registrados y más de un millón con casos de asilo pendientes.
Perú, México, Brasil y Costa Rica albergan algunos de los mayores números de solicitantes de asilo en la subregión.
Los desastres fueron la causa principal de los mayores desplazamientos internos en América Latina y el Caribe en 2022, con 708.000 desplazamientos. Colombia y Cuba registraron el segundo y tercer mayor número de desplazamientos por desastres en América Latina y el Caribe (281.000 y 90.000, respectivamente). La mayoría de los desplazamientos en Colombia fueron provocados por inundaciones, mientras que los de Cuba estuvieron relacionados en gran medida con el huracán Ian.
Los mayores desplazamientos por conflictos en la región se concentraron en Colombia y Haití, que registraron 339.000 y 106.000 desplazamientos respectivamente