Oaxaca.-Se trata de una invitación a reparar la deuda histórica que tiene el mundo con ellas, evaluar el camino recorrido y seguir construyendo un futuro donde puedan desarrollar todo su potencial para beneficio de la humanidad en su conjunto.
Herederas y transmisoras de un legado inestimable para sus pueblos, las
mujeres indígenas desempeñan un papel fundamental en la conservación de su cultura, sus lenguas y sus tradiciones. Desde ONU Mujeres, la organización de Naciones Unidas destinada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, subrayan la oportunidad de otorgarles liderazgo a las mujeres indígenas en la protección del medioambiente, el cuidado de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático. En ese sentido, el Día Internacional de las Mujeres Indígenas debe ser una invitación a preguntarnos qué posibilidades tienen las mujeres mexicanas para poner en valor sus tradiciones y compartir sus saberes.
Mujeres indígenas en México
Dentro del territorio mexicano, las poblaciones más excluidas y discriminadas históricamente han sido las comunidades indígenas. Concentradas sobre todo en zonas rurales de estados como Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Puebla, Yucatán, Guerrero e Hidalgo, donde se registran los niveles más altos de pobreza en el país, existe una diferencia importante en relación a las oportunidades y el acceso a los derechos más elementales en comparación con el entorno urbano. En este marco, las mujeres indígenas constituyen un grupo poblacional particularmente afectado. Las dificultades que se observan en este segmento en lo que hace a los derechos y necesidades básicas son el reflejo de la desigualdad a la que se enfrentan: 9 de cada 10 mujeres indígenas se encuentran en situación de pobreza y vulnerabilidad (CONEVAL, 2022).
Este panorama no puede más que abordarse desde el análisis de las brechas educativas, digitales y financieras que afectan a estos grupos. En México, las mujeres indígenas registraron 5.8 grados de escolaridad, contra los 9.9 grados de las no hablantes de lengua indígena, y 2 de cada 10 mujeres indígenas no sabe leer ni escribir (Conapo, 2020). Estas cifras repercuten en su inserción laboral: solo el 42.8 % de mujeres hablantes de lengua indígena declaró ser económicamente activa, cifra considerablemente menor al 49.5 % que arroja el segmento de mujeres que no hablan estas lenguas (INEGI, 2022).
Pro Mujer en el territorio:
Pro Mujer viene trabajando hace más de 34 años con el objetivo de que todas las mujeres alcancen su máximo potencial, mejoren sus condiciones de vida y se conviertan en agentes de cambio para sus comunidades. Desde un abordaje integral, ofrecen servicios y herramientas para mujeres de bajos recursos de América Latina, buscando promover su participación equitativa en el mercado laboral, facilitar su acceso al financiamiento y brindarles recursos de capacitación para el emprendimiento y herramientas de prevención de salud para que sean protagonistas de un nuevo capítulo en sus historias.
Desde el profundo convencimiento de que el momento para actuar es ahora, Pro Mujer trabaja ahí donde la desigualdad hace mella para subsanar la deuda histórica que tiene la región y el mundo con las mujeres de comunidades indígenas y desbloquear el enorme potencial que ellas pueden alcanzar solo si se revierten estos patrones, con un impacto invaluable para un futuro más equitativo, diverso y sustentable.
En México, Pro Mujer ha llegado a más de tres mil mujeres a través del programa Emprende, una plataforma digital con contenidos educativos dinámicos y atractivos, con un modelo interseccional que trabaja para desarrollar las habilidades para emprender de mujeres indígenas, mujeres rurales, y mujeres con bajos niveles de alfabetización digital. Más de la mitad de las mujeres participantes se identificaron como indígenas y no tienen escolaridad completa.
A su vez, alrededor del 40% de ellas trabaja como artesana. El programa –una propuesta híbrida con módulos presenciales y digitales– les brinda acompañamiento personalizado en la adquisición de conocimientos digitales para potenciar su inserción y expandir sus oportunidades de negocio a corto y largo plazo. El abordaje parte de un respeto por su rico acervo cultural y trabaja con traducciones de materiales didácticos a sus idioma nativos, como el tsetsal y el maya. La gran mayoría está aplicando lo aprendido: 21% de las participantes ya reportó mejoras en su nivel de ingresos y 8 de cada 10 refirió mejoras en su autoestima por las habilidades adquiridas.
En alianza con la Cooperación Técnica Alemana, también se llevó a cabo el proyecto intensivo de una semana para impulsar el desarrollo de habilidades digitales con un bootcamp para las mujeres de Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Campeche y Yucatán.
Una de las barreras más contundentes que enfrentan las mujeres indígenas en México tiene que ver con su escasa oportunidad de financiamiento: la mayoría de ellas no está bancarizada y no cumple con los requisitos para acceder a créditos convencionales. En el marco de los programas Mujer Pionera y Mujer Digital, y en alianza con Google.org y la Secretaría de Economía, se brindan créditos para sustentar sus actividades productivas a una tasa preferencial muy por debajo de la tasa del mercado. De los 3984 créditos que lograron colocar, un 42% fue otorgado a mujeres de comunidades indígenas.
En la misma sintonía, tanto el proyecto Kellogg, centrado principalmente en los estados de Chiapas y Yucatán, donde se capacitaron a 200 mujeres y otorgaron 347 créditos, como las alianzas con Walmart y Nescafé, que ponen el foco en la transversalización de la perspectiva de género en las cadenas de valor del café y el cacao, trabajando de la mano con cooperativas en Chiapas y Oaxaca, buscan mejorar la calidad de vida y la inserción en el circuito económico de las mujeres más vulnerables. En cada iniciativa, el acceso a financiamiento se acompaña de herramientas educativas para un impacto exitoso.
Pro Mujer también detectó importantes desafíos en lo que refiere a la salud integral. El Programa Sana y Segura trabaja con la temática de los derechos sexuales y reproductivos entre las mujeres de Chiapas, Oaxaca,Hidalgo y otras zonas del sureste, Gracias a este programa, las mujeres accedieron a información sobre derechos sexuales y reproductivos, métodos de planificación familiar, aborto y embarazo, salud sexual y violencia basada en género. En menos de 7 meses, el proyecto ha logrado impactar a más de 220 mujeres con campañas de salud y más de 1680 a través del chatbot educativo.
Pro Mujer además cuenta con tres chatbots de acceso público y gratuito: uno sobre el cáncer de mama, uno para difusión y consultas sobre la salud sexual, reproductiva y su interrelación con la violencia basada en género y uno que funciona como calculadora en la prevención y el tratamiento de la diabetes. A su vez, realizan jornadas en municipios rurales de Yucatán, Tabasco e Hidalgo sobre salud mamaria donde, además, quienes cumplen con los criterios reciben una mastografía gratuita. A través del Gender Knowledge Lab, brindan asistencia técnica y consultoría especializada para que organizaciones que trabajan con comunidades indígenas integren la perspectiva de género, inclusión y diversidad en sus operaciones y nos acercamos a trabajadores de la salud con inserción en las comunidades indígenas para proporcionarles herramientas útiles para el desempeño de sus tareas.
“Nada sobre nosotras sin nosotras”, refieren como principio a seguir desde ONU mujeres, insistiendo en reflejar las voces y diversidades de las mujeres indígenas y en hacerlas partícipes activas del cambio. Cada paso que se da desde Pro Mujer, sea en los programas más enfocados en lo financiero y en desarrollo de habilidades o en aquellos que trabajan con temáticas de salud, siempre incluye instancias educativas para que las mujeres impactadas sean protagonistas y puedan, a su vez, enseñarnos saberes que portan y que serán claves para un futuro que promueva la diversidad cultural y una relación más sustentable con los recursos naturales.
Sobre Pro Mujer
Pro mujer es una organización que desde hace más de 34 años brinda servicios y herramientas a las mujeres en América Latina para que puedan alcanzar su máximo potencial, mejorar sus condiciones de vida y transformarse en agentes de cambio para sus comunidades.
Opera a través de un modelo holístico e integral que busca ampliar el acceso de las mujeres de la región a los servicios de salud, aumentar su inclusión financiera y brindarles oportunidades de capacitación.
A través del profundo conocimiento de las necesidades más apremiantes que padecen las mujeres de América Latina, Pro Mujer diseña programas innovadores que buscan responder a problemáticas como la violencia de género y la brecha de género digital. Pro Mujer es pionera en la región en fomentar y concientizar acerca de la Inversión con enfoque de género como un mecanismo efectivo para cerrar brechas e impulsar la productividad de las compañías.
El trabajo de Pro Mujer está estrechamente alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y ofrece resultados tangibles en ocho ODS: 1, 3, 4, 5, 8, 10, 11 y 16.
Más información en www.promujer.org
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