Oaxaca.-El Instituto de Geofísica de la UNAM monitorea constantemente el Sol y las posibles tormentas solares que puedan afectar el entorno espacial de la Tierra.
Las manchas en la superficie solar son un indicador clave para detectar la probabilidad de tormentas solares, lo que lleva a estar en alerta y medir las perturbaciones que puedan ocurrir.
Se prevé que entre 2024 y 2025 pueda haber una intensa tormenta solar que afecte los equipos satelitales y de telecomunicaciones, por lo que se están preparando protocolos específicos a nivel global para hacer frente a este evento natural.
La tormenta solar severa más reciente sucedió en el siglo XIX. “Se conoció como el evento Carrington; ocurrió el 1 de septiembre de 1859 cuando una gigantesca explosión en el Sol hizo un estallido de luz y generó una afectación en la red de telégrafos de todo el mundo.
Entonces una aurora polar cubrió todo el planeta y se vio incluso en México; fue observada desde el Palacio de Minería por el entonces director de la Escuela de Minas, Joaquín Velázquez de León, durante una observación astronómica en la que el cielo se cubrió de rojo”, comentó.
El físico advirtió que entonces no había satélites, internet, computadoras, teléfonos celulares, banca electrónica ni redes de energía eléctrica. “Por eso sólo se afectaron los telégrafos, pero hoy en día un evento Carrington produciría efectos catastróficos y los equipos tecnológicos en órbita estarían colapsando”, alertó.
Por esa razón, en 2014 se modificó la Ley General de Protección Civil en México y se incluyeron las tormentas solares como uno de los fenómenos naturales que se tienen que monitorear por el Sistema Nacional de Protección Civil.
“En este caso, el Servicio de Clima Espacial del Instituto de Geofísica es el que proporciona el alertamiento y monitoreo de estos eventos para el Sistema Nacional de Protección Civil. Es un área estratégica como los Servicios Sismológico o Mareográfico nacionales, pero a nivel global”, indicó.
González Esparza subrayó que, ante ese panorama, el país debe prepararse con una gestión integral de riesgos que incluya a las tormentas solares.
Por ello, la UNAM trabaja desde el 2015 en conjunto con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) y la Agencia Espacial Mexicana en el desarrollo de políticas públicas encaminadas a incrementar la resiliencia de la nación ante las tormentas solares.
Se llama Grupo de Clima Espacial en México y han desarrollado un sistema de alerta temprana que ofrece el servicio para el CENAPRED, y también están generando una guía de reacción que publicará el Sistema Nacional de Protección Civil, en el que hay un protocolo del gobierno para alertar y prevenir a los agentes responsables de estos sistemas tecnológicos (Comisión Federal de Electricidad, Instituto Federal de Telecomunicaciones, fuerzas armadas, entre otros) con el objetivo de que implementen medidas de protección para los sistemas tecnológicos estratégicos, como interrupción de funciones y apagones parciales.
Para reducir fallas en un mundo hipertecnologizado, el científico consideró que todos los países deben desarrollar protocolos para proteger equipos satelitales y de telecomunicaciones que orbitan la Tierra, pues la afectación de una tormenta solar sería global, finalizó.