Oaxaca .- En el marco del Día Mundial contra la Obesidad, Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) alertan a la población sobre los riesgos asociados a esta enfermedad crónica, que no solo aumenta la posibilidad de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, sino que también afecta el sistema óseo, eleva la probabilidad de ciertos tipos de cáncer y reduce la calidad de vida.
De acuerdo con datos del Boletín Epidemiológico Federal, hasta la semana siete de 2025 se registraron mil 559 casos de obesidad en Oaxaca, de los cuales 606 corresponden a hombres y 953 a mujeres.
Además, desde 2016 se han notificado 20 mil 296 casos en la entidad, pero solo el 50 por ciento de las personas diagnosticadas han seguido un tratamiento mensual. A nivel estatal, en las unidades médicas del IMSS-Bienestar se realizan un promedio de 8 mil detecciones mensuales, de las cuales aproximadamente 2 mil 500 son positivas, pero únicamente 100 pacientes asisten regularmente a tratamiento.
El crecimiento alarmante de la obesidad en la población está relacionado con factores como: consumo excesivo de productos ultraprocesados con alto contenido de azúcares, grasas y sal; alimentación deficiente en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales; falta de actividad física y sedentarismo; factores genéticos, hormonales y emocionales.
Estrategias para combatir la obesidad
Como parte de la estrategia nacional impulsada por el Gobierno de México, SSO ha reforzado acciones de prevención y promoción de la salud en comunidades y escuelas.
A través de la Dirección de Regulación y Fomento Sanitario, se ha implementado el operativo “Cero Comida Chatarra” en instituciones educativas, mientras que la Dirección de Prevención y Promoción de la Salud ha intensificado campañas para fomentar hábitos saludables y reducir el consumo de productos nocivos.
De ahí que SSO recomienda a la población aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, reducir la ingesta de alimentos ultraprocesados, con alto contenido de azúcares y grasas, evitar bebidas azucaradas como refrescos, jugos industrializados y lácteos endulzados, además de priorizar el agua simple como principal fuente de hidratación.
Aunado a dormir entre 7 y 8 horas diarias, promover una alimentación equilibrada en niñas y niños desde edades tempranas, acudir regularmente a consultas médicas para orientación y detección oportuna.
Combatir la obesidad es una tarea de todos. Adoptar un estilo de vida saludable no solo mejora la calidad de vida individual, sino que también reduce la carga de enfermedades en el sistema de salud pública, concluyó la dependencia.