Lizbeth Ortiz Acevedo/CIMAC
Oaxaca, México.- Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Niña, personas que trabajan el tema de trata de personas, acusaron el doble juego que utilizan algunos medios de comunicación quienes por un lado sobreexponen los cuerpos de mujeres y niñas con fines mercadológicos, y por el otro “se unen a la causa para erradicarla”.
Durante el Foro “la Ética de los medios de comunicación y su responsabilidad ante la difusión de la trata de personas” llevado a cabo en la Cámara de Diputados, la periodista Claudia Segura dijo que algunos medios de comunicación son copartícipes de fomentar la trata de personas ya que incluso utilizan la discapacidad como atracción para generar audiencia.
Criticó que sean los medios los primeros en convocar para que se use comercialmente el cuerpo de niñas, adolescentes y mujeres, y se pronunció para crear códigos editoriales que eviten casos como el del periódico Metro, que tiene anuncios de masajes en sus páginas interiores que podrían estar fomentando la trata de personas con fines de explotación sexual.
Antonio Luigi Mazzitelli, representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en México, se pronunció contra la revictimización de las personas sobrevivientes de trata en los medios de comunicación.
En entrevista con Cimacnoticias, Madai, actual presidenta honoraria de la fundación “Reintegra” y quien por dos años fue víctima de trata con fines de explotación sexual, dijo que si no hubiera consumidores este delito no existiría y lamentó que algunos hombres piensen que las mujeres tienen un signo de pesos y pueden ser compradas.
Condenó la exposición que hacen algunos medios de las víctimas porque ponen en riesgo a niñas, niños y mujeres.
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), cada año 20 mil personas son secuestradas en México con fines de explotación laboral y sexual, el 80 por ciento son mujeres y niñas.
13/LOA/LGL
DERECHOS HUMANOS
* Violencia de género, causa de que mujeres delincan
-- Denuncian carencia de políticas públicas de prevención
Por Anaiz Zamora Márquez
México, DF, 11 oct 13 (Cimacnoticias).- La carencia de políticas públicas para eliminar la discriminación, segregación, desigualdad y sobre todo para erradicar la violencia que vive la población femenina es uno de los factores que provoca que las mujeres incurran en conductas delictivas.
Así lo denunció hoy la doctora Elena Azaola Garrido durante su conferencia magistral “Mujeres y Justicia” mediante la cual presentó un esbozo de los rasgos e historias de vida que comparten las mujeres que se encuentran purgando una condena en algún centro de reclusión en el mundo.
A decir de la también investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) a través del análisis de varios estudios se identificó que a nivel mundial las mujeres recluidas comparten características que podrían explicar por qué cometieron un delito.
Azaola señaló que “la prisión se impone a las y los de por sí ya excluidos” toda vez que la mayoría de las mujeres que permanecen en prisión pertenecen a los estratos sociales y económicos más bajos. Muchas de ellas son migrantes (internacionales o locales), se encuentran excluidas del ámbito laboral formal, son jefas de familia o han vivido un proceso de separación.
Durante su intervención en el Foro Mujeres en Reclusión –organizado por el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM– la experta sostuvo que una de las casusas de una conducta delictiva es la violencia de género.
Y es que se identificó que muchas de las mujeres presas fueron víctimas de violencia sexual, violencia física en la infancia o adolescencia o incluso abusaron de alguna sustancia como droga o alcohol en algún momento de su vida.
Azaola dijo que, según los resultados de una encuesta que se aplicó a mujeres y hombres que viven en diversos centros federales de readaptación en México, las mujeres presas que padecieron violencia viven en condiciones de desventaja en comparación con los varones que están en la cárcel.
Del total de mujeres en reclusión el 88 por ciento es madre de en promedio 4 hijas o hijos, mientras que los hombres que declararon ser padres en promedio tienen 3 hijas o hijos. Estas mujeres fueron madres por primera vez entre los 15 y 19 años.
En este tema resalta que más del 70 por ciento de los hijos de los varones que están en prisión se encuentran al cuidado de su madre y sólo el 22 por ciento de los hijos de las internas se encuentran en cuidado de su progenitor.
Las condiciones de vulnerabilidad, de abandono o de violencia que viven las mujeres también se pueden observar en estos datos, pues mientras el 20 por ciento de los varones dejaron de vivir con su madre cuando tenían menos de 15 años la cifra aumenta al 30 por ciento en la población femenina.
Sumado a ello 13 por ciento de las mujeres reclusas nunca conocieron o tuvieron la oportunidad de conocer a su padre y el 60 por ciento de esta población no alcanzó a concluir la educación básica.
La existencia de uno de estos rasgos específicos –aclaró la investigadora– no tiene una relación directa con la conducta delictiva pero el cúmulo de ellos podría derivar en que una mujer decida o se vea obligada a cometer un delito.
En ese sentido condenó la incapacidad de las autoridades federales de generar las políticas “que se necesitan para atender a esas niñas y jóvenes que han sufrido múltiples formas de agresión, violencia o discriminación”.
De las 248 mil personas que están en prisión en México poco menos del 5 por ciento son mujeres, es decir, aproximadamente 11 mil mujeres.
De ellas más de 3 mil se encuentran recluidas en los centros federales de readaptación social –en los que el gasto diario por recluso asciende a mil 670 pesos– lo que representa una proporción mayor que la de los varones que están presos por delitos federales.