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México.- El multicolorido paisaje sonoro de la Guelaguetza de Oaxaca, fue traído al Centro Nacional de las Artes por la Sinfónica Juvenil del Centro de Iniciación Musical de Oaxaca como parte de la XIII Feria de las Calacas, que concluyó este fin de semana.
Fue una hora de concierto en la que los 50 jóvenes ejecutantes de esta agrupación, la mayoría de ellos en nivel de bachillerato, dieron cuenta de su capacidad musical y entusiasmaron al público con parte del repertorio inherente a esa tradicional celebración que año con año tiene lugar en su estado.
No fueron necesarios los espectaculares bailables ni las vistosas vestimentas que caracterizan a la Guelaguetza para que las decenas de familias que se congregaron en torno del escenario principal de la feria, ubicado al aire libre, se sintieran partícipes de esa ancestral fiesta en la que tradición y cultura se toman de la mano.
Ni siquiera el frío de la tarde, ni la aislada llovizna que caía de repente, logró romper ese momento de encanto y calidez que se generó en las áreas verdes del Centro Nacional de las Artes.
Las mujeres lucían el tradicional atuendo de tehuanas, mientras que los jóvenes músicos mostraban su ímpetu musical enfundados en pantalón y camisa negra. Sonrientes todos ellos durante la totalidad de la sesión, bajo la dirección César Delgado Martínez, ofrecieron un gozoso programa que incluyó La fantasía a La danza de la pluma, con la cual se abre o se cierra la fiesta de la Guelaguetza; la Malagueña, Noche de encierro, el Fandango colonial, Fuego Nuevo y Oaxaqueñas, entre otros.
No pudo faltar, el emblemático Dios nunca muere, considerado un himno del alma oaxaqueña, debido al genio de Macedonio Alcala; y a manera de cierre, la agrupación juvenil ejecutó una cadenciosa y conmovedora versión de Naila, proveniente del sentimiento de Chuy Rasgado.
El presentado es uno de los cuatro repertorios que maneja la Sinfónica Juvenil del Centro Nacional de Educación Musical de Oaxaca, el cual fue fundado hace 26 años con el objetivo de consolidar la música tradicional de ese estado y que los jóvenes se perfeccionen en su respectivo instrumento y puedan tocarlo de manera profesional, explicó César Delgado Martínez.
“Buscamos un repertorio interesante en cuanto al desarrollo musical basado en la música tradicional de Oaxaca; música prehispánica y de la Guelaguetza, para obtener una fusión de sonidos”, resaltó.
Ser músico y pertenecer a esta orquesta es motivo de orgullo para todos sus integrantes, como lo aseguró Venustiano Salcedo, quien de sus 15 años de edad, lleva cinco tocando el saxofón y el más reciente como parte de este grupo musical. Al igual que la mayoría de sus jóvenes colegas, lo que más disfruta de esta experiencia es la convivencia con sus compañeros en los ensayos. El Centro de Iniciación Musical de Oaxaca se encuentra desde hace tres años en un proceso de transición con el fin de instaurar un modelo más oficial, con base en el contexto de la entidad, según César Delgado Martínez.
Se trata de un sistema escolarizado con seis años de preparación, tres de nivel inicial y otros tres de nivel formativo comparativo a nivel bachillerato. La mitad de los integrantes de la orquesta se encuentran en el último año de nivel inicial y la otra mitad en nivel formativo.
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