Para crear conciencia y dar a conocer las consecuencias de la migración en la cultura de las localidades dimitidas, la tarde del jueves 8 de agosto el Centro Académico y Cultural San Pablo organizó la conferencia El impacto de la migración en la vitalidad de las lenguas indígenas. El caso de San Lucas Quiaviní impartida por la Dra. Gabriela Pérez Báez, curadora de lingüística en el Museo Nacional de Historial Natural Smithsonian.
La Dra. comenzó por platicar sobre la comunidad y presentó la justificación de su estudio: El riesgo de la pérdida de la lengua en Quiaviní. A lo largo de muchos años, Pérez Báez ha estudiado San Lucas, localidad que tiene como primera lengua el zapoteco y que está ubicada en los Valles Centrales de Oaxaca a pocos minutos de Tlacolula. Tiene registrados a 2500 habitantes que se encuentran divididos entre San Lucas (S.L.Q) y Los Ángeles (L.A)
No se cuentan con datos demográficos exactos sobre la situación de San Lucas Quiaviní, lo que se sabe es que de 1745 habitantes, el 90% habla zapoteco y de este porcentaje el 15% es monolingüe. Todos los asuntos del cabildo se tratan en esta lengua. El español se introduce por migración doméstica, por el sistema escolar y por el uso de servicios gubernamentales, además el inglés tiene gran presencia en el lugar.
Pérez Báez habló sobre el proceso de migración en la comunidad: En 1965 migraron únicamente tres personas de Tlacolula a L.A.; en 1968 migró la primera persona de San Lucas; en 1970 dos más y para los años 80’s el 58% de la población contaba con un pariente en Los Ángeles; en los 90’s el 90% y para el 2004, 800 personas de San Lucas ya residían en esta localidad de los Estados Unidos. La migración está más presente en los jóvenes en edad de formar familias, por ello la población infantil se ha reducido a la mitad en 20 años en S.L.Q.
Gabriela, habló de la vitalidad lingüística, tema central de su estudio. El Zapoteco está en riesgo de desaparecer en San Lucas Quiaviní por el desplazamiento hacia otra lengua (español e inglés) y por el tamaño de la comunidad de habla, que cada vez es menor.
De la misma manera, la Dra. Pérez Báez ha estudiado a las personas originarias de S.L.Q que viven en Los Ángeles. Los residentes tienen poca relación con sus compatriotas, a pesar de esto varios elementos culturales se mantienen como juegos de basquetbol, la formación de bandas de música y las fiestas patronales. Sólo entre adultos se hablan en zapoteco y pocos padres de familia transmiten la lengua a sus hijos.
La investigadora, ha comprobado que los jóvenes que residen en Estados Unidos y visitan San Lucas en sus vacaciones retoman sus raíces y costumbres, pero utilizan únicamente el español ya no el zapoteco a pesar de que abuelos, primos y familiares de la localidad solamente utilicen esta lengua indígena. Los visitantes se rehúsan a utilizar su lengua materna ya sea por que la desconozcan o por discriminación, lo que fomenta su desuso en los habitantes de Quiaviní. Cada vez más hay menos hablantes de ésta.
Este es un ejemplo de un sin fin de comunidades en el estado de Oaxaca que sufren del mismo desplazamiento. Actualmente existen lenguas que cuentan únicamente con dos o tres hablantes y que probablemente desaparezcan.
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